Día Mundial del transplante de órganos y tejidos

Cada 27 de febrero se celebra mundialmente el Día Internacional del Trasplante de Órganos y Tejidos, con el objetivo de destacar esta actividad que salva vidas, brindando un homenaje a los que hacen posible esto. Un trasplante consiste en trasladar un órgano, tejido o un conjunto de células de una persona (donante) a otra (receptor), o bien de una parte del cuerpo a otra en un mismo paciente.

Esta efeméride se conmemora con el fin principal de agradecer y destacar a los profesionales de la salud que realizan esta actividad logrando salvar y mejorar la calidad de vida de las personas. Además, es importante reconocer y homenajear a los donantes, ya que sin su aporte esto no sería posible.

La lista de órganos y tejidos trasplantables incluye: pulmón, corazón, riñón, hígado, páncreas, intestino, estómago, piel, córnea, médula ósea, sangre, hueso, entre otros, siendo el riñón el órgano más comúnmente trasplantado a nivel mundial. La principal razón por la que se realizan los trasplantes es porque se busca reemplazar algún órgano o tejido enfermo o lesionado y sustituirlo por uno sano.

Para muchas personas, un trasplante es la única alternativa para salvar su vida ante enfermedades como insuficiencia cardiaca, cirrosis, hepatitis fulminante, cáncer de hígado, insuficiencia renal, diabetes mellitus y queratocono, que destruye las córneas.

Cultura de la donación

A partir de la suposición de que la negativa de los familiares de posibles donantes es el principal impedimento para llevar a cabo trasplantes, se ha intentado crear una cultura de donación de órganos a lo largo de Latinoamérica y el Caribe. No obstante, se ha puesto poca atención a la medición y la evaluación de la eficiencia de los procesos médicos de los hospitales autorizados para realizar trasplantes.

Por eso, más allá de la negativa de los familiares de posibles donantes, es necesario identificar las fallas en el proceso de donación y no perder de vista que la entrevista familiar constituye solamente uno de los subprocesos y que otros factores, de tipo médico, técnico, logístico o de gestión de recursos, pueden entorpecer o anular la voluntad de donar uno o varios órganos.

Por lo que no es adecuado atribuir el bajo número de donaciones y trasplantes sólo a la negativa de los familiares de posibles donantes. Si se desea mejorar los procesos de donación, es fundamental hacer cambios en la dinámica hospitalaria.

En el caso de que una persona muera y no haya expresado voluntad alguna sobre sus órganos, los familiares pueden dar su consentimiento para que éstos sean donados.

Por María Isabel Terán, presidenta de Grupo Terán