La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad degenerativa que evoluciona de forma progresiva; se caracteriza por la demencia y el deterioro cognitivo, siendo el síntoma característico la pérdida de memoria. Posteriormente, impacta sobre la calidad de vida de los pacientes, sus familiares y cuidadores, ya que afecta otros aspectos que determinan una pérdida progresiva de la autonomía en sus actividades habituales.
La enfermedad en números
- Los países latinoamericanos que tendrán el mayor incremento en la prevalencia de la enfermedad son los de Centroamérica y varios sudamericanos.
- El que encabeza la lista es Nicaragua, donde el número de casos se multiplicará por 4 en tres décadas, pasando de 28,500 a casi 117,000.
- En segundo lugar estará Guatemala, con 3.9 veces más casos que en 2019, y en el tercero Perú, con 3.8 veces más.
- Los países de la región que menos sufrirán este fenómeno son Uruguay, Argentina y Cuba.
- En total, se pasará en América Latina de 4.4 millones de casos a 13.4 millones, un incremento mayor al promedio mundial.
- En España 800,000 personas padecen Alzheimer y se considera que, en 2050, puede llegar a afectar a más de 130 millones en todo el mundo.
- Se estima que adoptando unos hábitos de vida saludables se podrían prevenir uno de cada tres casos de Alzheimer.
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Factores de riesgo
- El mayor factor de riesgo para el Alzheimer es el envejecimiento, la mayoría de pacientes tienen 65 años o más.
- Otro factor de riesgo importante son los antecedentes familiares de primer grado. Por lo tanto, podemos decir que hay factores de riesgo modificables y otros que no lo son.
- Aunque no hay estudios que aseguren la prevención de la enfermedad, existe evidencia sólida de que los hábitos saludables en nuestro estilo de vida, pueden reducir el riesgo de padecer enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia.
Acciones de prevención
Diversos especialistas médicos han propuesto una serie de pautas para mejorar el estilo de vida de las personas, lo que podría traer benficios cerebrales que reduzcan el riesgo de padecer la enfermedad.
- Es fundamental el control de los factores de riesgo cardiovascular: control de la hipertensión arterial, el exceso de colesterol, de la diabetes y de la obesidad.
- No fumar.
- Consumo moderado de alcohol.
- Algunos especialistas médicos recomiendan seguir la “dieta mediterránea”, evitando las grasas saturadas y las carnes rojas, incluyendo pescado varias veces a la semana y consumiendo diariamente frutas y verduras, alimentos ricos en fibra y vitaminas E y C.
- Realizar actividad física moderada tiene impacto en la salud cardiovascular y neuronal, reduciendo la afectación vascular cerebral.
- Es fundamental mantener la mente activa, aprendiendo cosas nuevas, planteando nuevos retos (aprender un idioma o a tocar un instrumento), leer, y practicar actividades que exijan atención y memoria.
- Descanso adecuado; dormir de 7 a 8 horas favorece la eliminación de residuos tóxicos que pueden ser nocivos para la función cerebral. La falta de sueño o su baja calidad pueden constituir un factor de riesgo para el Alzheimer.
- Es muy importante potenciar las relaciones sociales, ya que favorecen la integración y el aprendizaje, y evitan el aislamiento y la desmotivación.
- Prevenir los traumatismos craneales, usando medidas de seguridad y/o de protección adecuadas para evitar caídas y accidentes.
- Seguir los controles periódicos establecidos por su médico. En caso de presentar enfermedades crónicas, cumplir las pautas indicadas en los tratamientos y evitar la automedicación, ya que algunos fármacos pueden tener efectos tóxicos para la función neuronal.
Conocer más sobre este padecimiento, permitirá sensibilizar a la población sobre los factores de riesgo y su prevención, así como sus síntomas y tratamiento, ya que no solamente impacta en los pacientes, sino que también incide de forma muy importante en la familia y el entorno próximo de los afectados.
Por María Isabel Terán, presidenta de Grupo Terán