Durante la pandemia, la demanda de servicios públicos y privados de salud saturó al sistema de salud, lo que incrementó el costo de atención de la salud. Los principales componentes de la inflación médica son los costos hospitalarios y de equipamiento, los honorarios médicos y los medicamentos.
La inflación puede tener varios efectos en la industria de la salud. En general, la inflación tiende a aumentar los costos y disminuir el poder adquisitivo de los pacientes y consumidores, lo que puede tener un impacto negativo de diversas maneras:
- Costos de los insumos: la inflación puede aumentar el costo de los insumos médicos como medicamentos, equipos y suministros médicos, lo que puede afectar los costos de producción de los proveedores de atención médica y, por lo tanto, aumentar los precios que los pacientes deben pagar por los servicios médicos.
- Aumento de los costos laborales: la inflación también puede aumentar los costos laborales, ya que los proveedores de atención médica pueden tener que pagar salarios más altos para retener a sus empleados y atraer nuevos talentos en un mercado de trabajo competitivo.
- Postergar la atención médica: la inflación puede disminuir el poder adquisitivo de los pacientes, lo que puede hacer que busquen atención médica menos frecuentemente o posterguen los tratamientos, lo que afecta a la demanda de servicios médicos.
- Impacto en las políticas de salud: la inflación puede impactar en las políticas de salud gubernamentales, como el financiamiento de programas de salud pública y el acceso a los servicios médicos. El aumento de los costos puede llevar a recortes en los programas de salud pública, lo que puede afectar negativamente a la industria de la salud y a la población en general.
La inflación afecta a cualquier actividad económica, pero la industria de la salud resulta seriamente afectada porque los costes del sector médico-hospitalario son altamente sensibles a las subidas salariales, al aumento en los precios de suministros, de los combustibles, de los seguros médicos, entre otros. De este modo, la repercusión de la inflación ha sido muy negativa; especialistas prevén que en el corto plazo todavía no se vislumbra un escenario optimista.
Por María Isabel Terán de Bonetti, Presidenta de Grupo Terán