El emprendimiento femenino en la República Dominicana está experimentando un crecimiento significativo en los últimos años. Las mujeres emprendedoras dominicanas están desafiando las barreras tradicionales y demostrando su capacidad para liderar negocios exitosos en una amplia gama de industrias. Sin embargo, a pesar de este progreso, las mujeres todavía enfrentan desafíos específicos que limitan su participación en el mundo empresarial y su capacidad para alcanzar su máximo potencial.
En este artículo, exploraremos la importancia de impulsar a las mujeres emprendedoras en la República Dominicana y discutiremos algunas estrategias clave para promover su éxito en el mundo empresarial.
El empoderamiento económico de las mujeres es esencial para el crecimiento y desarrollo sostenible de cualquier país. En la República Dominicana, como en muchas partes del mundo, las mujeres representan una parte significativa de la fuerza laboral y el talento empresarial. Sin embargo, a menudo enfrentan obstáculos que dificultan su capacidad para emprender y desarrollar sus negocios. Alentar y apoyar el emprendimiento femenino no solo promueve la igualdad de género, sino que también impulsa el crecimiento económico y la innovación en la nación.
Las mujeres inversoras son más propensas a invertir en mujeres emprendedoras, promover su participación en el mercado de financiamiento marcará la diferencia para las mujeres empresarias en los mercados emergentes. Las mujeres de países en desarrollo, como Latinoamérica ven el emprendimiento como un camino hacia un futuro mejor, sin embargo, pocos emprendimientos logran progresar y mantenerse en el tiempo.
La falta de referentes, los estereotipos y las barreras de acceso a financiación dificultan a las mujeres la puesta en marcha de negocios. Apostar por la conciliación, la redefinición de la figura del emprendedor y nuevos modelos empresariales y digitales son algunas de las claves para que las oportunidades emprendedoras sean igualitarias.
Mujeres expertas han afirmado que “muchas veces las mujeres son emprendedoras por necesidad, no por oportunidad, vocación u objetivos, como suele suceder con los hombres". El emprendimiento también es una manera de apoyar a las mujeres en situaciones vulnerables; puede mejorar con creces las perspectivas económicas de sus familias.
Situación de las emprendedoras en Latinoamérica y El Caribe
El Informe de emprendimiento de Mujeres 2021, creado por el Global Entrepreneurship Monitor (GEM) citado por El Economista, destaca que las mujeres de países de bajos ingresos suelen iniciar un negocio pequeño enfocado en mercados locales, con crecimientos bajos. De acuerdo con el estudio:
- El 37% de las mujeres en países en desarrollo aspiran a emprender, un porcentaje alto comparado con el 14% de los países con altos ingresos.
- En promedio, son más jóvenes, más pobres y con menor educación que los emprendedores de otras partes del mundo.
- Más del 60% tiene menos de 35 años y más del 40% se encuentra en el tercio más bajo de los ingresos del hogar.
- Las mujeres propietarias de negocios tienen más probabilidades de emplear a otras mujeres, por lo que, cuando fallan, los efectos dominó son sustanciales.
- Las mujeres suelen emprender en productos o servicios que resuelvan una necesidad en la comunicad o ayuden a impulsar el cambio económico y social. Ven oportunidad en productos innovadores.
Tres acciones para impulsar a las mujeres emprendedoras
- Digitalización. La brecha de género no solo hace referencia al menor número de emprendedoras, sino también al sector al que pertenecen sus negocios. El digital y el tecnológico, estando en auge global, no lo están entre los negocios creados por mujeres.
- Acceso al financiamiento. Es prioritario garantizar a las mujeres el acceso a herramientas que favorezcan la creación y mantenimiento de negocios, como el refuerzo de la red de contactos, el aprovechamiento de las redes de mentoría y, especialmente, las fuentes de financiación. Por ejemplo, cuando las mujeres solicitan préstamos tienden a recibir menos capital y pagar tasas de interés más altas, pese a aportar más garantías que los hombres. Especialistas sugieren “utilizar un enfoque de ecosistemas; vincular las reformas normativas, legales y reglamentarias con inversiones públicas y privadas para ampliar el acceso al capital, los mercados, las redes y la información”.
- Apoyar a las mujeres empresarias de alto crecimiento. Gobierno y sector privado deben impulsar desde etapas tempranas el espíritu emprendedor de las mujeres en áreas que tienen desarrollo de alto impacto, impulsar su innovación, crear empleos y brindar soluciones a sus mercados.
Sin duda, desde la empresa podemos impulsar el fortalecimiento de las mujeres a nuestro alrededor, concientizando sobre los múltiples beneficios económicos y sociales que trae consigo que las mujeres sean propietarias de sus negocios.
Por María Isabel Terán, presidenta de Grupo Terán