A pesar de la variedad geográfica y cultural de América Latina y el Caribe, todos sus países comparten una preocupación común: asegurar que los sistemas de salud sean sostenibles en el futuro. Los desafíos están profundamente anclados tanto en lo cotidiano como lo impredecible, ya sea una pandemia, conflictos políticos o inestabilidad económica.
La buena noticia es que hay numerosas formas en las que, al tomar decisiones y concentrar recursos para satisfacer las necesidades claves, los gobiernos pueden abordar el panorama actual con soluciones prácticas orientadas hacia resultados tangibles.
En este artículo examinaremos algunas de estas soluciones viables para transformar los sistemas de salud de América Latina y el Caribe a la vez que promovemos su continuidad.
La situación crítica en la que se encuentran los sistemas de salud de Latinoamérica y el Caribe conlleva graves desafíos tales como la falta de recursos financieros para cubrir necesidades básicas, la ausencia de cobertura universal y las desigualdades regionales.
Estos factores provocan resultados preocupantes tanto en cuanto a calidad, accesibilidad e impacto que hoy se desean mejorar. No se puede crecer con alta productividad, competitividad global e inclusión social si la población no puede acceder a una atención de salud de calidad.
Es por lo que un cambio radical hacia un modelo sostenible solucionaría parte del problema y permitiría cumplir con los compromisos tratados entre organismos internacionales como la OMS.
De hecho, si esta región consiguiera alcanzar las recomendaciones de inversión pública en atención primaria sobre el 6% del PIB previstas por la OMS se lograría mejorar notablemente el bienestar general. Dicha noticia sería un paso significativo para brindar atención sanitaria equitativa a todos los habitantes.
Transformar los sistemas de salud en América Latina y el Caribe es un desafío complejo pero necesario para garantizar que la región tenga una mejor salud en el futuro. La adopción de nuevas tecnologías llevaría a una mayor gestión de los datos, así como una mejora en la eficiencia y disminución de costos.
Esta digitalización implica no sólo equipos informáticos, sino también telesalud, educación médica en línea, innovaciones en dispositivos y tecnologías biométricas.
América Latina y el Caribe necesita invertir en la creación de infraestructuras conexas y adecuadas, así como en fuerzas de trabajo bien formadas para hacer uso efectivo del avance tecnológico.
Estimular la inversión regional es fundamental para alcanzar estos objetivos, al mismo tiempo que se minimiza la carga financiera en organizaciones sanitarias regionales. Mejorar los procesos administrativos y contables contribuiría a aumentar la eficiencia operacional probablemente, conducirá a mejores prácticas clínicas y apoyará un uso más racional y eficiente del recurso humano.
Por María Isabel Terán de Bonetti, presidenta de Grupo Terán