En los últimos años, la discusión sobre la importancia de las vacunas ha adquirido gran relevancia debido al resurgimiento de enfermedades prevenibles por vacunación y a la propagación de información errónea en algunos sectores de la sociedad. Las vacunas son una de las herramientas más efectivas y seguras en la prevención de enfermedades infecciosas, y su impacto en la salud humana es innegable. En este artículo, exploraremos la importancia de las vacunas, su funcionamiento y los beneficios que aportan a las personas.
El cuerpo tiene muchas maneras de defenderse contra patógenos (organismos causantes de enfermedades). La piel, las mucosas y los cilios (órganos microscópicos filiformes que expulsan los residuos de los pulmones) actúan como barreras físicas para impedir que los patógenos entren en el cuerpo. Cuando un patógeno infecta el cuerpo, nuestras defensas, o sea el sistema inmunológico, se activan, atacan y destruyen el patógeno o lo reducen.
¿Qué son las vacunas y cómo funcionan?
Las vacunas son productos biológicos que contienen una versión debilitada o inactivada de un patógeno, como bacterias o virus, o una parte de ellos, como proteínas o toxinas. Estas sustancias estimulan al sistema inmunológico para que produzca una respuesta defensiva, generando anticuerpos y células de memoria específicos contra el patógeno en cuestión.
Cuando una persona es vacunada, su sistema inmunológico "aprende" a reconocer y combatir el patógeno en caso de una futura exposición. De esta manera, si la persona entra en contacto con el patógeno real, su sistema inmunológico estará preparado para defenderse de manera más efectiva, evitando que la enfermedad se desarrolle o reduciendo su gravedad.
Beneficios de las vacunas
- Prevención de enfermedades: Las vacunas son la forma más efectiva de prevenir enfermedades infecciosas. Han demostrado ser altamente eficaces en la erradicación y control de enfermedades como la viruela y la poliomielitis, y en la reducción significativa de otras, como el sarampión, la rubéola y la hepatitis.
- Protección individual y colectiva: La vacunación no solo protege a la persona vacunada, sino que también contribuye a la protección de la comunidad en general. Cuando un alto porcentaje de la población está vacunado, se crea un fenómeno conocido como inmunidad colectiva o de rebaño, que dificulta la propagación de enfermedades y protege a las personas más vulnerables, como los recién nacidos, los ancianos o aquellos con sistemas inmunológicos debilitados.
- Reducción de complicaciones y muertes: Las vacunas previenen no solo la enfermedad en sí, sino también sus complicaciones graves y potencialmente mortales. Al disminuir la incidencia de enfermedades, se reducen los ingresos hospitalarios, las secuelas a largo plazo y las tasas de mortalidad asociadas.
- Ahorro económico: La vacunación es una inversión rentable en salud pública. Al prevenir enfermedades, se reducen los costos asociados al tratamiento médico, hospitalizaciones y ausencias laborales debido a enfermedades. Además, se evitan las consecuencias económicas negativas para las familias y la sociedad en general.
Abordando la desinformación
A pesar de los innumerables beneficios de las vacunas, existe desinformación y miedo infundado en torno a ellas. Es crucial combatir estos mitos y proporcionar información precisa y respaldada por evidencia científica. Los organismos de salud pública, los profesionales médicos y la comunidad científica deben unirse para educar a la población y fomentar una comprensión clara de los beneficios y la seguridad de las vacunas.
La importancia de las vacunas para los seres humanos es indiscutible. Estas herramientas médicas salvan vidas, previenen enfermedades y protegen a las comunidades en general. Es responsabilidad de cada individuo informarse adecuadamente y tomar decisiones basadas en la evidencia científica. La vacunación es una contribución invaluable a la salud pública y un testimonio del poder de la ciencia para mejorar nuestras vidas y combatir enfermedades.
Por María Isabel Terán, presidenta de Grupo Terán