El acceso a agua potable limpia y segura es fundamental para la salud pública y la prevención de enfermedades infecciosas en todo el mundo. Aunque el agua es esencial para la vida, no todas las fuentes de agua son aptas para el consumo humano. La falta de acceso a agua potable adecuada puede tener consecuencias devastadoras para la salud de las personas y las comunidades.
El agua potable se define como aquella que cumple con los estándares de calidad establecidos para su consumo. Esto implica que debe estar libre de microorganismos patógenos, productos químicos y contaminantes que puedan representar un riesgo para la salud humana. Cuando el suministro de agua no cumple con estos criterios, las personas corren el riesgo de contraer enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera, la disentería, la hepatitis A, la fiebre tifoidea, entre otras.
Los déficits en la cobertura y calidad de los servicios tienden a afectar principalmente a los grupos de bajos ingresos, grupos vulnerables y poblaciones rurales. Además, los cambios ambientales influyen en la aparición y propagación de enfermedades transmitidas por vectores. Por lo tanto, es necesario adoptar enfoques multisectoriales e integrales en las estrategias de vigilancia y control de vectores y enfermedades infecciosas desatendidas.
Datos clave
- Las enfermedades transmitidas por el agua son una de las principales causas de enfermedad y muerte en todo el mundo, especialmente en países en desarrollo donde el acceso a agua potable es limitado.
- Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 2.2 mil millones de personas no tienen acceso a servicios de agua potable gestionados de manera segura, lo que aumenta significativamente el riesgo de enfermedades infecciosas.
- En América Latina y el Caribe se estima que, en 2017, 28 millones de personas carecían de acceso a una fuente mejorada de agua, 83 millones de personas no tenían acceso a instalaciones de saneamiento mejorado y 15.6 millones practicaban la defecación al aire libre.
- Las enfermedades relacionadas con el agua incluyen la malnutrición, enfermedades desatendidas, diarrea e intoxicaciones.
- En la región, aproximadamente 7,600 niños menores de 5 años mueren anualmente por enfermedades diarreicas.
Agua y salud pública
El suministro de agua potable seguro es esencial para prevenir la propagación de enfermedades. Cuando las personas tienen acceso a agua potable adecuada, pueden mantener una buena higiene personal, lavarse las manos con regularidad y preparar alimentos de manera segura. Estas prácticas básicas de higiene son cruciales para prevenir enfermedades infecciosas, ya que muchas de ellas se transmiten a través del contacto con agua o alimentos contaminados con microorganismos dañinos.
Además de prevenir enfermedades infecciosas, el acceso a agua potable también es fundamental para el tratamiento médico adecuado. Los hospitales y centros de salud dependen de agua potable para brindar atención médica segura y eficaz. Sin agua potable, los procedimientos médicos básicos, como la esterilización de equipos, la limpieza de heridas y la preparación de medicamentos, se vuelven extremadamente difíciles y arriesgados. El agua potable también es esencial para mantener la higiene en entornos médicos, evitando la propagación de infecciones.
Gestión sostenible del agua
Los gobiernos, las organizaciones internacionales y la sociedad en general desempeñan un papel crucial en la garantía del acceso a agua potable segura. Es necesario establecer normas y regulaciones para garantizar la calidad del agua y su suministro adecuado a todas las comunidades.
Por ejemplo, el Equipo Técnico Regional de Agua y Saneamiento (ETRAS) de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) trabaja en cooperación con los países de la región para lograr una gestión sostenible del agua y el saneamiento. Sus acciones incluyen el fortalecimiento de alianzas estratégicas, fortalecimiento de capacidades locales, nacionales y regionales, fortalecimiento de políticas y regulaciones, el apoyo a la creación de sistemas de monitoreo de la calidad de los servicios de agua y saneamiento, y el fortalecimiento de capacidades en la preparación y respuesta a emergencias de salud pública y desastres.
El combate a enfermedades infecciosas y la promoción de la salud pública requieren esfuerzos integrales para mejorar el acceso a agua potable. Esto implica invertir en infraestructuras de agua y saneamiento adecuadas, implementar políticas de gestión del agua efectivas y fomentar la conciencia y educación sobre la importancia del agua potable y la higiene adecuada.