La tecnología es una herramienta muy valiosa para el desarrollo social, siempre y cuando se utilice de manera adecuada y consciente. La tecnología y las telecomunicaciones se han convertido en un elemento fundamental en la vida cotidiana en la mayoría de la población mundial; derivado del aumento en su uso se han vuelto instrumentos esenciales para favorecer el desarrollo social del país.
Pueden ser utilizadas para mejorar la comunicación y el acceso a la información en las comunidades. Por ejemplo, el acceso a internet puede ayudar a las personas a acceder a información sobre salud, educación, empleo y otros servicios esenciales.
Según la definición de organismos internacionales, el desarrollo social se refiere al proceso de mejora de las condiciones de vida y bienestar de la población, concepción multidimensional que incluye: educación, salud, alimentación nutritiva y de calidad, vivienda digna, disfrute de un medio ambiente sano, trabajo decente, nivel de ingreso y la no discriminación.
Las telecomunicaciones y la tecnología están modificando nuestras economías y sociedades, una transformación en la que las redes de banda ancha desempeñan un papel esencial; reducen el costo de acceso a la información y amplían los medios para compartir conocimientos. Aunque vienen acompañadas de desafíos, como garantizar que toda la población tenga acceso a ellas.
Institutos especializados del sector, consideran que la mayor disponibilidad y el uso eficaz de servicios de telecomunicaciones fomentan la inclusión social, la productividad y el buen gobierno. Sin embargo, en muchas partes del mundo es necesario superar algunos retos para alcanzar el fácil acceso. Por ejemplo, en América Latina y el Caribe, cerca de 300 millones de personas aún no tienen acceso a Internet.
Mientras el mundo continúa recuperándose de la pandemia, las soluciones digitales están contribuyendo a la transformación económica y al desarrollo social. El Banco Mundial considera que las soluciones digitales implementadas tanto por la inversión privada como en las políticas gubernamentales, está generando empleos, fortaleciendo a las pequeñas y medianas empresas, facilitando el comercio y los servicios, y forjando resiliencia ante las crisis.
Al mismo tiempo, más de la mitad del mundo en desarrollo sigue sin acceso a una conexión digital, y los riesgos en torno a la privacidad y la ciberseguridad van en aumento en todo el planeta. Por lo que es preciso no quitar el dedo del renglón para facilitar el acceso a los servicios de telecomunicaciones, que beneficien a la sociedad dominicana.
Por María Isabel Terán, presidenta de Grupo Terán